El poema de Claudia Magliano quedó escrito en un espejo. Fue idea de Artola, dueño de la librería en la cual se leyó. Creo que nunca como esta vez un poema mostró la cualidad de los espejos. No hay un través, un espesor, un otro o un este lado. No hay lados. El espejo no muestra. Repite, es cierto, duplica, pero de una manera incierta. Interprete el que lea en el espejo la letra del poema. No tardará en descubrir que se mantiene el orden tentando al desafío. No tardará en saber que un espejo tan solo muestra ecos.
Librería Diomedes
Claudia Magliano
Repetir el acto de repetir una escena cualquiera
cotidiana
como tocar cinco veces la taza del café
o mirar detrás de qué puerta por si acaso.
La infancia es un pasadizo de iteraciones
un rito inmaculado,
la casa es demasiado grande para tantas cosas
es necesario obedecerse
mantener el orden sin tentar el desafío,
es necesario estar solo
que nadie vea el desacato
la manifestación extraña de temerse.
Dos veces he dicho este poema
Dos.
Repito.
* Librería Diomedes /24108322/ Juan Paullier 1028/1030 casi Bvar España